Ideas que rebotan


En la década de los años ochenta del siglo XIX, James Naismith, un profesor de educacion fisica de la universidad de Sprinfield, Massachussets, se dio cuenta de la necesidad que había de un deporte de invierno que pudiera jugarse en sala. La única forma que existía de deporte en sala en aquella época eran los ejercicios rítmicos, que muchos estudiantes encontraban aburridos. 





Naismith y sus alumnos iniciaron un experimento creativo en el gimnasio. Trabajando como grupo, se propusieron desarrollar un nuevo juego de pelota para dos equipos competidores que pudiera practicarse sin riesgos sobre una superficie dura en un recinto cerrado.



Gradualmente, Naismith y sus alumnos establecieron las reglas para su nuevo juego. Decidieron que no se emplearían ni bates, ni palos ni raquetas porque hacían que el deporte fuera demasiado rudo y peligroso. Prohibieron que se corriera mientras se tenía la pelota con las dos manos y que hubiera contacto físico entre los jugadores. Al cabo de dos semanas de intentos y errores, tomó forma un nuevo deporte que se ajustaba a estas limitaciones. 





Quince días de trabajo creativo en equipo habían dado lugar a lo que desde entonces se ha convertido en uno de los deportes que se ajustaba a estas limitaciones. 



Quince días de trabajo creativo en equipo habían dado lugar a lo que desde entonces se convertido en uno de los deportes más populares del mundo: El Baloncesto.







Fuente:


Libro: Desarrolle su creatividad


Grupo Grijalbo-Mondadori pág 110

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